Ideas creativas para enseñar idiomas a niños

Crear un espacio seguro para el aprendizaje - Las primeras clases con niños

“¡No me habla!” “¿¡No le gusta el juego que preparé!?” “Me dijeron que sabe mucho español, pero a todo me responde si o no…”


¿Te sentís identificad@ con alguna de estas frases? Seguramente, te haya pasado algo de esto en las primeras clases con un niño o una niña. Es posible que pensemos y repensemos qué hicimos mal. Sin embargo, probablemente la respuesta del chico poco tenga que ver con nuestra preparación de la clase y más con el tiempo de adaptación que necesitamos brindarle a nuestro/a alumno/a para que “se acostumbre” a nosotros. 

Más allá de que cada niño es un mundo, y nos podemos encontrar con estudiantes que no tengan problema recibiendo nuevas personas; muchas veces nos va a pasar que en los primeros encuentros va a ser complicado “conectar” con nuestros estudiantes, hasta que seamos capaces de hacer sentir a nuestro/s estudiante/s que nuestra clase de ELE es un espacio con desafíos, juegos, cosas nuevas e interesantes por aprender y lo está esperando con los brazos abiertos. Nosotros también los estamos conociendo e intentando adaptarnos a ellos y realizar las observaciones pertinentes para diseñar clases que se ajusten a sus necesidades educativas concretas. 


Comprender y trabajar desde el perfil del estudiante

Es fundamental comprender que el proceso de construcción de la relación pedagógica lleva tiempo. Clase a clase, con mucha paciencia y dedicación, iremos construyendo el perfil de nuestro estudiante; siendo capaces de diseñar un plan a seguir y proponiendo temas, juegos y desafíos del interés del alumnado, propiciando aprendizajes significativos. Cada comentario que ellos hagan, nos dará más pistas e ideas sobre los temas que los pueden convocar y motivar. Además, iremos estableciendo rutinas de clase y pautas claras.


Generar una comunicación fluida con los padres y lograr que se involucren

Es fundamental mantener una comunicación clara y fluida con los padres de nuestros alumnos. Ellos serán los encargados de solicitar y/o guiar la realización de tareas y actividades asincrónicas, propiciar la continuidad y darnos las claves necesarias para comprender y trabajar desde el perfil de nuestros estudiantes, en el mejor de los casos. Sin embargo, lograr la participación activa de los padres en el aprendizaje de sus hijos, puede ser todo un desafío para nosotros. Muchas veces, ni siquiera nos van a hacer saber cuestiones que nos pueden ser fundamentales para la clase… Por ejemplo, que el chico tiene alguna dificultad específica del aprendizaje (tema del que pronto hablaremos en profundidad) o que todavía no sabe leer y escribir en su L1, que sabe contar hasta 30 en español o que se frustra fácilmente cuando se equivoca. Todo contribuye a construir el perfil del estudiante y establecer los desafíos con los que nos gustaría trabajar para fortalecer su confianza en el idioma.

Muchas veces, yo personalmente, opto por preguntarles directamente en qué etapa de la adquisición de la lectoescritura están los chicos en su L1 y L2, si hay alguna dificultad a tener en cuenta, etc. 

Otro obstáculo con los papás puede ser que no entiendan realmente todo lo que conlleva aprender un idioma. Por eso, muchas veces terminamos con media hora de clase por semana con los estudiantes y teniendo que soportar la ansiedad de los padres porque sus hijos no están aprendiendo al ritmo que ellos desean o esperan. Podemos explicarles las necesidades que tienen los alumnos y que tenemos los docentes… más tiempo de clase, práctica en casa, motivación por parte de ellos. Yo siempre les recomiendo que les pregunten a sus hijos qué están viendo en clase de español o mismo a los chicos, que les enseñen a sus papás los juegos y las canciones que hemos aprendido. 

Los padres también forman parte del desafío de las primeras clases… En clases online, es muy probable que hayan tenido padres atentos y ansiosos cerca de la compu, incluso susurrando las respuestas a los chicos. ¿Qué hacer en estos casos? Volvemos a lo mismo… Al igual que estamos intentando que los chicos se sientan en confianza y en un espacio seguro para aprender, tenemos que lograr que los padres confíen en nuestro método, en nuestra práctica docente. Explicar qué implica aprender un idioma y que el “no entender” o equivocarse, es parte del proceso, puede ayudarnos a poner a los padres “de nuestro lado”


¿Qué otras estrategias llevás a cabo en las primeras clases con alumnos y padres?


¡Hasta el próximo post!



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